Asi que adjunto ambas notas, y ya tienen ambos links aca (y luego en el pie de pagina) para visitar esos blogs, cuando quieran.
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Creditos a "MeQuieroMorir.com.ar" :
Si hay algo que me molesta de la gente en un transporte público aparte de que me pregunten todo el riempo ¿Bajás?, es la gente que no tiene ni un poco de consideración hacia los demás. Bueno, en cualquier ámbito me pasa, pero ahora voy a comentar sobre los que no se sientan en las butacas del tren/subte/colectivo sino que se dejan caer y se desparraman ocupando parte del asiento de al lado.
En todo hay diseño: en los objetos, en los afiches, packagings, libros, ascensores, autos, ropa, paisajes, casas, cuadros sinópticos, incluso en los potes de mostanesa. No es la excepción un vagón de tren y sus butacas.
Si UN (1, uno, one, ichi) asiento tiene el tamaño de UNA (la misma cantidad que antes pero en femenino) persona, lo más lógico sería que UNA persona ocupe UN asiento y no más, ¿no? ¡Error! Hay gente que nos demuestra que esa teoría tiene sus excepciones. Son las personas que ocupan 1.2 asientos. Ustedes se preguntarán cómo es posible (y si no se lo preguntan, deberían). No es cuestión de peso o altura, simplemente de distribución. Los tipos que se tiran abriendo las piernas, como si fueran renegados, rebeldes o resentidos con la sociedad... son los que usurpan una parte del asiento continuo, haciendo que el pasajero que quiera sentarse allí, tenga que hacerlo arrimado a un borde, con las piernas hacia un lado, incómodo y de mal humor (Figura A.).
Un uso correcto de los asientos es ocupar el espacio designado por el diseñador correspondiente... o sea UN asiento y nada más (Figura B.)
Igual yo aplico una técnica infalible: la de "yo me siento igual como si tu pierna no existiera", tirando la incomodidad a la cancha del salame mal sentado. Siempre termina acomodando un poco su pierna, aunque no del todo. Pero yo me salgo con la mía.
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Creditos a "QueHijoDePuta.com" :
Parece joda. El viernes uno. Hoy lunes, otro. La misma esquina, la misma rampa de discapacitados. Y esta vez, por dos. Porque LAS DOS (no una, sino las dos) rampas de esa misma esquina estaban tapadas por dos reverendos... que estacionaron para bajarse a comprar cigarrillos, helado o a ver vidrieras.
Para colmo de males, este segundo (cuya chapa patente pude tomar muy bien) no sólo estaba estacionado donde no debía, sino que además (si prestamos atención a la foto más abajo) tenía mucho espacio para estacionar tranquilo y salir a, por ejemplo, cagarle la maceta a un perro.
Y sí, ya sé que muchos dirán que ese espacio seguro no estaba antes, que no trate de ser sensacionalista y que si y se me acabaron las ideas al tercer día de publicar no me la agarre con los pobres inocentes que bla bla bla... a lo que respondo: agárrenmela ustedes. Para empezar no tenía por qué estacionar ahí, y si el promedio de tiempo que una persona pasa fuera de su auto cuando lo deja mal estacionado no supera los diez minutos, entonces hermano quedate dando vueltas con el auto diez minutos hasta que encuentres el bendito espacio vacío!
Hijodeputómetro: QUEHIJODEPUTA!
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Saludos
Leonel - AzoG v3.0
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