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viernes, 19 de agosto de 2005

Lain

Es un nombre.

Cuatro letras, con dos vocales y dos consonantes. Se pronuncia Lein aunque los españoles lo hacen diciendo Laín.

"Un día las hormigas, pueblo progresista, inventan el vegetal artificial. Es una papilla fría y con sabor a hojalata. Pero al menos las releva de la necesidad de salir fuera de los hormigueros en procura de vegetales naturales. Así se salvan del fuego, del veneno, de las nubes insecticidas. Como el número de las hormigas es una cifra que tiende constantemente a crecer, al cabo de un tiempo hay tantas hormigas bajo tierra que es preciso ampliar los hormigueros. Las galerías se expanden, se entrecruzan, terminan por confundirse en un solo Gran Hormiguero bajo la dirección de una sola Gran Hormiga. Por las dudas, las salidas al exterior son tapiadas a cal y canto. Se suceden las generaciones. Como nunca han franqueado los límites del
Gran Hormiguero, incurren en el error de lógica de indentificarlo con el Gran Universo.

Pero cierta vez una hormiga se extravía por unos corredores en ruinas, distingue una luz lejana, unos destellos, se aproxima y descubre una boca de salida cuya clausura se ha desmoronado. Con el corazón palpitante, la hormiga sale a la superficie de la tierra. Ve una mañana. Ve un jardín. Ve tallos, hojas, yemas, brotes, pétalos, estambres, rocío. Ve una rosa amarilla. Todos sus instintos despiertan bruscamente. Se abalanza sobre las plantas y empieza a talar, a cortar y a comer. Se da un atracón. Después, relamiéndose, decide volver al Gran Hormiguero con la noticia. Busca a sus hermanas, trata de explicarles lo que ha visto, grita:
"Arriba...luz...jardín...hojas...verde...flores..." Las demás hormigas no comprenden una sola palabra de aquel lenguaje delirante, creen que la hormiga ha enloquecido y la matan."

(Escrito por Pavel Vodnik un día antes de suicidarse. El texto de la fábula apareció en el número 12 de la revista Szpilki y le valió a su director, Jerzy Kott, una multa de cien znacks, aunque Marco Denevi, el famoso escritor de "Rosaura a las Diez" lo incluyó en su libro "Falsificaciones")

Tras leer esto, te hago la pregunta: ¿hay otro mundo?

Tras mirar Lain, y leer la fábula de la caverna de Platón, me pregunto: ¿y si hubiera otro mundo?

Tras ver Matrix, la película de Cowboy Bebop, y leer sobre la Umbra, concluyo: ¿es este el mundo real?

La percepción es la que determina la existencia. Si no pudiéramos ver, si todos los seres vivos fueran ciegos, sería una locura imaginar algo tan bello y maravilloso como la vista, ¿no creen? Cualquiera que lo afirmara sería considerado un demente, un enfermo, y apartado del camino. Y ahora, volviendo a una realidad en que se pueden ver cosas como un atardecer (¿cuándo fue la última vez que viste uno?), un bosque, un río, o una mujer, te planteo: Si vengo y te digo que existe un mundo celestial donde Dios vive y reina, o una realidad paralela donde los espíritus caminan entre sueños, o extraterrestes que nos visitan, o magia pura y dura, ¿qué opinás? ¿Estás tan seguro de tu respuesta?

Me encanta ser un soñador.

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Si bien no es de mi autoría, me identifica al 100% en CADA una de las palabras. Sobretodo en la despedida. A alguno le parecerá mejor que a otro... A mi me parece simplemente espléndido.

Saludos
Leonel - AzoG v3.0

1 comentario:

Ariel Kanterewicz dijo...

yo creo en el ser concreto. mi teclado es negro y plateado porque yo veo que es negro y plateado, mi viejo ve que es negro y plateado, etc. y solo incurro en asuntos como el que trataste al entrar en el campo de la ficción.

el puff es azul. el mouse es blanco. el almohadón es bordó. el celular es negro. la caja del CD es transparente. yo soy Ariel Kanterewicz, eso dice el papel que tengo en la mano y eso me dijeron hace tantos años... y sigo repitiendo lo mismo; porque es verdad.